El Consolador del Amor
La solución a la histeria
Durante las guerras carlistas, mujer rebelde o que tuviera algún problema médico y que no se llegase a resolver, se catalogaba de «histérica», como dice Ribes Redondo.
La histeria se prescribió como un trastorno exclusivo de mujeres y que se podía solventar mediante masajes estimulantes.
Los médicos estimulaban manualmente los genitales femeninos hasta alcanzar lo que ellos llamaban el paroxismo: contracciones parafísicas antiestrés. 1
Y así se creó el primer vibrador por el doctor Mortimer en 1880:
De tanto toquetear a una y a otra, el pobre cogió tendinitis y decidió usar la mecánica de un aparato que estimulaba la vulva y al que bautizó como el Martillo de Granville.
Y, aunque Inés, la protagonista de «Déjame ser tu aliado», no llega a descubrir el vibrador, goza en solitud, imaginándose un buen revolcón con cierto hombre apuesto, que está fuera de su alcance…
Las adicciones fuertes
Las panaceas más peligrosas
Las adicciones persiguen de fondo la trama de la historia de amor entre Inés y Cristóbal. Tanto el alcohol como los psicotrópicos, eran verdaderas panaceas sin aparentes consecuencias negativas.
LA COCAÍNA
Inés recibe una educación exquisita, pero desconoce los efectos secundarios de las drogas.
En aquella época, se llegó a afirmar que: «la coca puede usarse con exceso, como todo lo demás, y ser entonces perjudicial para la salud, pero no deja de ser la droga menos dañina, la más calmante y tónica de las conocidas«. Revista Lancet, de 1876.
En aquel momento, nadie creía que su consumo fuera más peligroso que hacer el amor.
De hecho, se resaltaba su uso para fortalecer el corazón, estimular la circulación, excitar el espíritu y mejorar las funciones digestivas.
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ALCOHOL
De los siglos XVI al XIX, se decía que los españoles eran reputados por la sobriedad. Lo cierto es que la embriaguez era un hecho frecuente entre obreros y campesinos. El alcohol su usaba de anestésico, tónico y gástrico.
El vino empezaba a tener una amplitud de gamas que competía con los de procedencia francesa.
La absenta, el hada verde, producía más víctimas mortales que la sidra, la cerveza y el coñac.
Alejandro Dumas afirmó que la absenta había matado a más soldados franceses en el norte de África que las balas árabes.
La gallardía de Inés le pasa factura y, por suerte, un conde está dispuesto a ayudarla, si es que ella consigue hacer a un lado su orgullo.